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¿Lo sabes? ¿Sabes quién eres? ¿Qué viniste a hacer en este mundo? ¿Cuál es el propósito de tu existencia? Sé que son muchas preguntas… pero ¿quiénes seríamos si no nos hiciéramos preguntas importantes? Te voy a decir algo… yo creo que en el auto-conocimiento se encuentra la llave que abre la puerta del templo de la luz. 

Hoy quiero contarte a corazón abierto quién soy… o por lo menos lo que creo que soy y que no recordaba. Esto va a estar un poco más largo que de costumbre… gracias por acompañarme leyéndome y en esta ocasión, sostener el espacio para mi. Como dice uno de mis mantras de vida (vs. el consejo experto que dice que vaya al punto)… Le llegará a quien le corresponda. 

Hace tan solo 4 años (realmente se sienten como siglos)… mi vida era totalmente diferente. Me proyecto a esa época y me veo en un escritorio en el Ministerio de Educación en donde trabajaba, vestida de gris… (como me sentía por dentro)… Con gafas (o bueno tal vez recuperándome de la cirugía que me hice para quitármelas) y suficientes kilos de más (que aún van y vienen).
Llena de ansiedad -mi estado natural en ese entonces- por la decisión que acababa de tomar, pues había comunicado que dejaría mi trabajo para finales de mes. ¿Qué iba a hacer? Ni idea. Descubrirme. Me decía que con todo lo que había estudiado, imposible que no lograra reinventarme y crear una ‘empresa social’… No sabía lo que venía.

Los días de ese mes pasaron rápido… y de pronto me encontré en mi casa, una mañana, sin tener que madrugar. Sin nada en mi agenda. En donde antes tenía una lista interminable de reuniones, documentos, cosas que entregar que me llenaban igualmente de ansiedad, ¡Ahora había espacio para mi!. ¿Sabía como ocuparlo?¿Sabía cómo usarlo? ¿Sabía qué era lo que quería? ¿Sabía quien era??????

Pues, escribí una nueva lista de prioridades y me tomé una selfie para registrar ese momento. Pero de lo demás ni idea… 

Aquí la lista… 

Aquí la selfie… (con beso y todo jajajajajja) 

La historia de esos días después de renunciar la he escrito un par de veces y si quieres puedes leerla (aquí). Hoy quiero contarte más del camino de luz y oscuridad que he transitado… 

Con el tiempo disponible para mi, mi amiga la ansiedad no se fue. Me seguía levantando a las 6 am y escribía una lista de cosas que tenía que resolver en el día (eran de esas listas que tenían las tareas para la sociedad entera).

Mi mente pedía proyectos, proyectos, proyectos, respuestas, cosas que hacer, (cosas ‘productivas’). Y así llegó mi primer emprendimiento, que duró un par de meses 🙂  y la siguiente idea, y la siguiente idea, y la siguiente. Ese tiempo me enseñó que soy creativa por naturaleza, y que puede que la ansiedad haya jugado un papel importante… pero aprendí a reconocer esa parte de mi. Y aprovecho para darle gracias al granate verde que puse en mi cuello y me ayudó con esa etapa de nuevos inicios, re-iniciando entre otras cosas, mi historia con los cristales. (Esa te la cuento aquí). 

Luego vendrían las lecciones de la abundancia. Recuerdo el día que fui a sacar plata del cajero automático y mi cuenta quedó en ceros -con lo que he aprendido a fluir hasta hoy-. ¿Quién era yo ahora que no tenía dinero? ¿Ni carrera? ¿Ni quería poner mis títulos por delante de mi? ¿Qué tenía para ofrecer al mundo? La respuesta siempre fue MI CORAZÓN.

Y mi corazón sí que vibraba fuerte por esos días. Me salían talleres enteros en un par de horas, proyectos con los que podría transformar al planeta entero. Pero el miedo fuerte, arraigado dentro de mi… siempre el bendito miedo, me decía no vas a poder. Y yo lo escuchaba.

Así que aunque me atreví a soñar, me mantuve chiquita. Y, aunque lo he trabajado veo que aún lo sigo haciendo… cada vez menos… pero sobre todo, cada vez con más compasión por mi misma. Con más amabilidad hacia este tierno corazón que sigue soñando a pesar, y gracias a, todo. 

Y entre las muchas, muchísimas más lecciones he recibido en estos 4 años -siglos- de vida, tal vez las más fuertes han sido las de atravesar mi frustración. Mi víctima. Ese personaje que se siente desconectada de su poder personal. Que no sabe quién es si no le está sirviendo a alguien. Que no merece existir si no es ÚTIL. Esa que cree que sólo vino al mundo a trabajar y a ganarse la vida con el sudor de su frente.

Ahora la veo salir por lo menos una vez al mes… pero la observo. La siento. A veces soy capaz de abrazarla y dejarla ir. A veces la dejo tomar ‘las riendas’. Pero cada vez se siente menos satisfecha buscando controlar lo incontrolable. Cada vez se siente más abierta. Menos obediente. Más rebelde. Más merecedora de la vida. Cada vez es más su propio sol. 

Y aunque este viaje de auto-conocimiento y sanación lo he hecho por y para mi, y en la necesaria ‘soledad’ que ha implicado, nunca he estado sola.

En el momento en el que pedí guía, los maestros que antes llegaron en forma de cursos, talleres y libros se manifestaron también en personas como Claudia Camacho, una sacerdotisa del amor que vino a mostrarme la forma de elegir con consciencia el camino que mi alma había trazado para esta vida. Una hermana cósmica con la que seguramente en otra dimensión hicimos un pacto para venir a abrir el corazón y despertar y apoyar a quien así lo elija para encontrar su propio camino. 

Hoy, además de contarte esta historia, a la que le faltan infinitos detalles, y puede no ser todo lo inspiradora que mi mente perfeccionista -en recuperación- quisiera que sea, quiero decirte que estoy más cerca de mi corazón. Sé quien soy… y sí puede ser paradójico, -como todo en el universo- pero eso significa que sé que nada soy y todo soy.

Nada de esto podría haber sucedido en mi vida, sin las herramientas de consciencia y las personas adecuadas para acompañarme en el camino -gracias mamá, hermana, Nico y hermanas de alma que saben quiénes son-. 

Por eso me llena el corazón contarte que hoy, junto con Claudia, queremos presentarte un regalo y es nuestro primer programa en línea de auto-conocimiento y sanación para que si tu lo sientes, recibas y apliques en tu vida las 7 herramientas de consciencia que te llevarán a re-activar la luz que siempre ha estado en ti (o a potenciar el camino que ya has recorrido y seguir subiendo en la espiral).  

¿Para qué? Para que te conozcas -sobre todo a nivel energético- y conociéndote, te comprendas cada día más y te ames cada día más… Y entres en la consciencia, en la frecuencia de la verdad superior de quien realmente eres, y reclames tu naturaleza espiritual… convirtiéndote en un ser transformador, un alquimista de la vida.

Ésta soy hoy. Una mujer que vibra desde el alma. Hoy reclamo mi capacidad de transformar desde el amor. Reclamo mi luz. Y reclamo mi poder para mostrarte, para acompañarte a recordar, si así lo quieres, la luz que ya tienes dentro. Y que habites en Tu arco-iris.

Aún cuando vivo en un país en el que todos los días hay muertos por violencia, reclamo el derecho a soñar que el mundo puede ser un lugar de paz, luz y amor si nosotros, cada uno, nos permitimos brillar desde el interior. 

HACIENDO CLICK AQUÍ PUEDES CONOCER TODO SOBRE ESTE REGALO E INSCRIBIRTE. Tendrás la oportunidad de recibir una serie de 7 clases gratuitas en las que te presentamos las 7 herramientas de consciencia y luego elegir si quieres vivir el proceso de 7 semanas ¡y llevártelo para la vida!. Sí 7 7 7 7 7! El mágico 7. 

Desde lo más profundo de mi corazón, gracias por leerme, gracias por tu ser y gracias por abrirme espacio para ser yo misma. 

Ésta soy. Soy el color amarillo, el índigo y el oro. Soy el cuarzo cristal, el ópalo y la amazonita. Soy la escritora, la bruja y la alquimista. Soy la víctima y la poderosa… La leona y el ave. La maestra y la estudiante. Soy la llave del corazón y el infinito… y tu ¿quién eres? 

¡Cuéntame!

 Con amor,

CARO 

Creadora de Mundo de Milagros, 
convencida del poder del Amor