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Cuando dejé la seguridad de mi trabajo profesional, en la carrera para la que tanto me había preparado toda la vida, nunca me imaginé lo que vendría para mi. No tenía en mi radar el emprendimiento y mucho menos el camino espiritual. Simplemente estaba abierta a descubrir una nueva versión de mi misma.

 

Al tomar la decisión de renunciar abrí espacio en mi vida, y sobre todo TIEMPO para hacerme las preguntas que nunca antes me había hecho, como: ¿Quién era yo sin un título por delante, sin experiencia ni recomendaciones, sin etiquetas? ¿Qué quería crear desde el fondo del corazón? ¿Qué significaba expresar quien realmente era yo en el mundo?

 

Como he aprendido en estos últimos años, lo que realmente importa son las preguntas que nos hacemos, más que las respuestas, y sin embargo la vida empezó a responderme con herramientas, ejemplos, libros, nuevas ideas, nuevas experiencias y por supuesto, con nuevas preguntas. Así fue como fui entrando en el mundo del emprendimiento, pues cada vez era más evidente que no quería seguir rigiéndome por las estructuras duras de los trabajos tradicionales. Quería empezar a liberar mi tiempo, y terminar por liberar mi mente y sobre todo mi corazón, que había estado tan olvidado.

 

La primera idea que tuve fue algo más tradicional y busqué la asesoría también tradicional de la que salí espantada. Mi primer emprendimiento de productos ilustrados (que me encantan pero no era mi camino) duró algunos meses. ¿El principal aprendizaje? Las ganas para materializar una visión son todo… para dar el primer paso. Pero para continuar se necesita ir más profundo.

 

Así que vino el round two, cuando me uní con dos personas que vibraban con la consciencia y la innovación y le dimos forma a lo que llamamos ENOUGH, buscando transmitir el mensaje de que ‘somos suficiente’; empezamos por explorar joyería, artesanía, diseño y terminamos organizando espacios creativos que te conectaban con tu esencia. Esta segunda experiencia duró un par de años y nos sirvió a cada una para afianzarnos en nuestros caminos. A mi me dio la claridad de que lo que quería era profundizar en mi naturaleza espiritual y acompañar a otros seres humanos en su propio despertar, principalmente a través de la meditación.

 

Cuando llegó el momento de decirle ‘enough’ a ENOUGH yo sentía que ya había integrado ese mensaje en mi y estaba lista para lanzarme de nuevo al vacío sin tener idea de qué seguía, ni cómo se veía. Sólo quería soltar.

 

Y así llegó el tercer acto… “Mundo de Milagros”, una iniciativa que en mi corazón se ve como una plataforma que existe con un propósito superior… recordarnos cada día (a mi incluida) que somos seres espirituales de paso por la tierra… Que no somos nuestro cuerpo, ni la identidad que hemos creado en este plano -y que tanta energía gastamos sosteniendo-… Que somos mucho más que eso. Pero para poder integrarlo, debemos entrenar nuestra mente y así poder diferenciar cuándo estamos actuando desde nuestro ser superior, o consciencia, y cuándo desde nuestro pequeño ser limitado y separado –o ego-.

 

Mundo de Milagros empezó a crearse en octubre de 2018 sobre 3 pilares: Un Curso de Milagros, la meditación y herramientas de alta vibración como los cristales; un mes después inicié mi certificación como Maestra de Meditación de Mujer Holística y tan pronto la terminé supe que el siguiente entrenamiento que debía tomar era la Escuela de Emprendedoras… ¿por qué? Porque a pesar –o más bien gracias a que- tuve la experiencia anterior con Enough en la que busqué resolverlo todo con mis propias herramientas, sabía que si quería que este camino empezara con una base firme y sólida, debía aprender de quien ya lo ha recorrido y aprovechar sus aprendizajes y dejar de perder tiempo tratando de descubrir un mapa que ya estaba dibujado, y por supuesto luego pintar el mío propio. Así que esta iniciativa la empecé a vivir con dos características que no había desarrollado antes en mi de esta forma y son: la humildad, a.k.a. dejarme guiar, permitirme aprender de otro; y la apertura, a.k.a. no imponer mi propia agenda, sino escuchar y recibir guía sobre cuál es el camino y las herramientas que estoy aquí para compartir.

 

La experiencia de ser emprendedora se ha convertido de esta manera en una catalizadora de mi crecimiento espiritual. Me ha enfrentado con mi ego, con mis más profundos miedos; con mi sensación de fracaso y de éxito; con mi certeza e incertidumbre; me ha mostrado mi creencia en la limitación del tiempo y el espacio y por chispazos, he podido vislumbrar la verdadera abundancia y capacidad creadora de nuestro verdadero ser. Emprendiendo he visto cómo la energía toma forma, cómo lo que creo se expande, y cómo todo puede cambiar en tan solo un instante. Emprendiendo he vivido momentos de mucha oscuridad, soledad, desasosiego y desesperanza; así como momentos de verdadera fluidez, confianza e iluminación.

 

Así que emprender para mi ha sido en sí mismo un camino espiritual, como lo puede ser cualquier actividad que desarrolles en tu vida. El contexto es solo forma y es lo que menos importa. La consciencia con la que haces lo que haces, es el verdadero contenido. Como decía Gandhi, «el fin es inherente a los medios».

 

Por eso hoy no dudo en decirte que si te ha estado rondando el bichito del emprendimiento, si tienes un proyecto guardado en tu corazón, o inclusive sólo la pregunta de ¿qué tal si yo hiciera esto o aquello? Y si eso o aquello tiene que ver con expandir consciencia y/o crear bienestar… Es el momento para que aproveches el curso gratuito que ofrece María José Flaqué “Emprendedora Espiritual” y te regales 10 días de contenido para ver a dónde te llevan estas preguntas. ¿Será que te animas a abrir un camino nuevo y te sumas a la tribu de emprendedores espirituales? ¡Lo celebraría contigo!

 

El curso inicia el 16 de febrero. Inscríbete aquí o comparte con esa persona que sabes que lo está buscando. ¡Sé un ángel en su camino!

Con amor infinito, 

CARO